20140126

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Lo último que escuchó la última radioescucha del mundo fue la vibración insoportable de miles de luces de neón viajando por los circuitos, desde todas las cabinas y hasta todos los audífonos. Sintió angustia. Desconectó su cabeza un momento del aparato de alta frecuencia y salió a la calle. Bebió agua del río. Miró hacia la ventana: el estéreo estaba ahí, con sus dos bocinas grandes, la carpeta tejida encima. Entró en la casa: todo lo que había tenido ahora era de luz. Volvió a salir. Tomó agua del simulador. Ingresó su huella dactilar en el decodificador. Entró a la casa. La mesa estaba allí. Apretó su sien: sus ojos proyectaron la hora: faltaba media hora para que los técnicos llegaran e instalaran la radio, el invento del siglo.

Andrea González



Ilustración: Lidia Miguel

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