20110630

EL ZOOLÓGICO PORNO

Todos quisimos un boleto desde que nos llegó el rumor. “Son costosos, jóvenes”. Nos dijeron los vendedores, pero eso qué: vendiendo uno que otro libro conseguimos el dinero. Fred, Luí y yo corrimos como niños, por no decir que corrimos como locos, desde los torniquetes del ingreso. Vimos leones hundiendo los colmillos en los cuellos de sus vecinos con gestos sugestivos, tigres envolviendo sus prominentes sexos con diminutos chones, simios comecocos (¡y qué cocotes!) bebiendo con ritmos hipnóticos un juguito cremoso y espeso, rinocerontes metiendo sus enormes cuernos en donde no se debe decir… “¡Qué delicioso!” Escuché que dijo Luí desde otro mundo. No supimos en qué momento nos metieron en el frigorífico de víveres de los lobos, ni vimos el letrero que los directores del zoológico pusieron en el reverso de los boletos: “Zoofílicos, los queremos lejos de nuestro show.”

Andrea González

1 comentario:

  1. Me hiciste reír muchísimo... jaja, está muy bueno el texto :)

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