20110624

ERROR

Eres un tipo con muchas cualidades, pero siempre eliges la respuesta equivocada. ¿Tu primer error? venir, desde luego; y eso si no contamos tu mala decisión de anoche cuando te llame y aceptaste la cita como si nada. Pero no voy a contar esa mala elección porque entonces tendría que contar la de contestarme el teléfono, la de haberme dado tu nuevo numero hace unas semanas, y así hasta tu mala elección principal: dejarme entrar en tu vida el primer día.
Hoy, como siempre, te vi llegar a la plaza en tu extravagante coche clásico, y me viste, como siempre, sentada con los brazos cruzados, furiosa pero a fin de cuentas esperándote. Y la sonrisa fingida anticipó el beso inquietante en la mejilla, y luego a las frases hirientes pero deliciosas. Las alusiones a mis dones, exteriores e interiores, no se hicieron esperar, y las indirectas sobre lo que haríamos mas tarde en mi casa resbalaron por tus manos haciéndolas temblar con ansiedad. Acto seguido, nos dimos a la tarea de buscar pretextos para retrasar el momento, y después llego precisamente el momento.
Tu coche, tu boca, tu asquerosa loción de tres mil pesos, el trafico, los semáforos, el estacionamiento, mi puerta, la estúpida puesta de sol, tus manos, mi cabello, y a lo nuestro.
Me besabas como si quisieras matarme. Otra de tus equivocaciones: no hacerlo. Debo reconocer que el hechizo por poco y no era necesario: tus dedos ya estaban tocándome con desesperación antes de que yo susurrara las palabritas. Lo que si necesité fue el segundo maleficio: tu miembro inquieto buscaba libertad bajo las mantas, y yo te necesitaba totalmente quieto y callado. Petrificado al fin, siguió lo decisivo. ¿Quieres venir a las tinieblas conmigo? La daga lista en el buró. En efecto, la negativa en tu mirada aterrorizada. Lo siento. Eres un tipo con muchas cualidades, pero siempre eliges la respuesta equivocada.

Andrea González

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